16 de diciembre de 2014

Lo que no está escrito

Aunque no lo parezca, el blog sigue activo. Unos días atrás tenía casi preparada una entrada para publicar, pero se alinearon los planetas y varias constelaciones para que no fuese así. 
Primero, se fastidió mi portátil. Ahí está el pobre, arrinconado hasta saber si Papá Noel me va a traer otro o si se lo va a llevar para que lo reparen los elfos. No me gusta escribir textos largos desde la tablet ni desde el móvil, como estoy haciendo ahora mismo, pero tenía tantas ganas de actualizar el blog que una noche me puse a terminar la entrada en la tablet, metidita en la cama, en paz y tranquilidad. Encontré tanta paz y tranquilidad que me quedé dormida, y en el proceso toqué en algún sitio que casualmente borró todo lo que había escrito. Frenéticamente intenté recuperarlo pero fue imposible, así que apreté la cara contra la almohada (para no despertar a los niños) y solté un "¡NOOO!" épico que solamente oí yo.

Así que, como una Escarlata O'Hara moderna, con el móvil en una mano y apuntando al cielo, a Dios pongo por testigo de que jamás volveré a escribir un post desde una pantalla táctil... a menos que este blog sobreviva unos años y para entonces hayan dejado de fabricar teclados convencionales. 

No hay comentarios:

Publicar un comentario