Me considero una nostálgica. Se me pone cara de perro pachón cada vez que suena alguna canción de mi juventud, o cuando me encuentro casualmente en la televisión con episodios de alguna serie de las que echaban hace mil años.
Pero me he dado cuenta de que mi nostalgia ha ido cambiando con el tiempo. Con 30 años recordaba con cariño exclusivamente la música, las películas o la ropa que me gustaba cuando tenía 15, 18 ó 20 primaveras. Ahora me estoy pasando al "todo vale": Tarareo canciones que hace 20 años me daban grima y me enganchan películas "de mi época" que por aquel entonces no hubiese visto ni harta de vino. No quiero mencionar títulos para no herir sensibilidades... y sobre todo porque no estoy preparada para admitir abiertamente según qué cosas. Como por ejemplo, que he visto algún episodio enterito de cierta serie de adolecescentes norteamericanos pijos de los 90.
Disfruto con esos momentos nostálgicos y es entonces cuando me pregunto si en realidad lo que me estaré volviendo es una hortera.
¿En qué punto, cegada por los recuerdos del pasado, crucé la delgada línea que separa el buen gusto del malo? ¿Me pasa a mí sola?
No hay comentarios:
Publicar un comentario