13 de agosto de 2014

Regálame...

Hace unos 7 u 8 años, cuando los blogs estaban muy de moda, me topé con el de un chico que ya no recuerdo sobre qué escribía, pero había puesto un botoncito de PayPal para que la gente donase "la voluntad" y le ayudara a comprar un MacBook. De hecho creo que el blog se llamaba "Regálame un MacBook". Ignoro si logró su objetivo, pero sí llevaba recaudada una cantidad interesante. Imagino que si entonces le fue bien, ahora estará pidiendo un iPad Air.

Yo estaba planteándome la posibilidad de intentar algo así, pero para invertirlo en algo que me haga la vida más fácil, que los iPads y derivados están muy bien, pero no; como madre sola de dos niños pequeños que soy, necesito algo práctico. Al principio se me ocurrió organizar un "Regálame una chacha", que sería ideal, pero para mantenerla mes a mes tendría que recibir un goteo constante de donativos, y no lo veo claro. 
Entonces pensé: Después de una chacha, ¿qué es lo más práctico que una puede tener en casa?. Pues ya está: La Thermomix. 
Oyendo hablar a algunas, pareciera que hoy en día cualquier madre moderna que se precie debe poseer la Thermomix, que te soluciona la vida en la cocina. Pero claro, el chaval del MacBook ofrecía un blog interesante y la gente no tenía reparos en contribuir a la causa... ¿y acerca de qué podría escribir una servidora para que hordas de lectores se animaran a dejar en mi cuenta de PayPal "la voluntad"? Entonces se me encendió la bombilla: Si publico recetas de mi cosecha, si pongo fotos de lo que suelo cocinar a diario, la gente se lanzará a donar como loca para que me pueda comprar la dichosa Thermomix y los niños y yo comamos menús en condiciones. A lo mejor hasta surge un mecenas anónimo que me la regala directamente. Eso, o un curso acelerado de cocina. La idea es tentadora.

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